De pugnas por salarios e ingresos

nullHoy estamos viendo arreciar situaciones muy amargas en Costa Rica:

1. Protesta callejera, como la de los porteadores, que, para pedir presuntos derechos de ley atascaron el país en días pasados.

2. La “denuncia”, por todas partes, de situaciones salariales desproporcionadas en la empresa pública, salarios muy elevados que, si bien es cierto, no tienen lógica y deberían regularse, también lo es que no son ilegales, porque están amparados a leyes establecidas por gente que acaso legisló en beneficio de grupos de su interés, pero están vigentes.

Me temo que esto está despertando odio en mi país y eso no se debería tolerar.

Hoy vemos en los profesionales jóvenes, que quizá no logran contratarse bien, o en quienes no tienen trabajo, la sensación de estar indefensos o marcados por la injusticia.

Hoy surge en ellos, como en los que ganan poco, y se nota en las redes sociales, una nueva “necesidad”, la de odiar intensamente a quienes ni conocen, por el simple hecho de que tienen un trabajo, y que están siendo remunerados desproporcionadamente. Por no mencionar lo que podrán sentir los pequeños empresarios que, sudando a la gota gorda y esforzándose por cumplir con todos los deberes de ley, por más que se esfuerzan no logran sacar el dinero que algunos empleados públicos hacen a causa de leyes mal concebidas.

Pero la solución jamás debe buscarse en el odio y el enfrentamiento entre personas por ansiedades de escalada política, sino en la racionalización del sistema y la renuncia a las prebendas, en la búsqueda de la consolidación de la paz social.

Por eso mi preocupación va más allá y por eso me hago algunas preguntas:

Quienes inician estos círculos de envidia o abren las compuertas del odio o promueven los choque entre clases (algo tan rechazado por promover el odio), quienes hacen estas “denuncias” sin proponer solución, o llaman a los hermanos a desconfiar de sus hermanos,

– ¿se dan cuenta de lo que podrían estar provocando?,
– ¿perciben que podrían estar sembrando semillas de violencia en gente que no tiene autocontrol, y estar alimentando reacciones que pudieran descontrolarse?,
– ¿perciben que están dividiendo satánicamente la familia costarricense?
– ¿se harán responsables de las consecuencias de sus simples “denuncias”?

Alto a esta tendencia caótica e irresponsable, que bien podría estar incubando acciones que luego tendríamos que lamentar.

Hay que buscar soluciones, es cierto, pero no a costa de la paz social. En el nombre de Cristo, deténganse.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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